El otro día, yendo por la calle, de repente, me paré a pensar cuantos árboles habría en Salamanca. ¿Más que personas?, ¿menos?.
Lo cierto, es que si nos fijamos, en la mayoría de calles no hay gran cantidad de árboles, y si los hay son de pequeño tamaño, o se reducen a arbustos. ¿Por qué? Pues buena pregunta. Las plantas son el pulmón de la gente, para mi, una ciudad con mucha naturaleza es una ciudad rica, una ciudad con vida. Además y por si fuera poco, embellecen las calles y las ciudades, y son sinónimo de paz y tranquilidad.
Si nos fijamos en nuestra ciudad ¿cuáles son los sitios favoritos para pasear de los habitantes? La Alamedilla, los Jesuitas, el río...las zonas dónde abunda más la naturaleza.
Entonces, ¿por qué no promover campañas de naturalización de las ciudades? En mi opinión hay mucho que ganar y poco que perder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario